domingo, 27 de octubre de 2013

El Sudeste Asiatico: Tailandia


11 Septiembre 2011

Comienzan nuestras vacaciones por las misteriosas y excitantes latitudes asiáticas, va a ser nuestra primera toma de contacto con este continente y estamos muy emocionados, en los meses anteriores hemos leído mucho sobre esta región y nos ha puesto los dientes largos, queríamos ir un poco a nuestro aire y como no conocíamos demasiado sobre Asia queríamos hacer una primera toma de contacto, decidimos que en Tailandia solo nos moveríamos por Bangkok, es la excusa perfecta para tener un motivo para volver... En principio nos hubiese gustado incluir algo de Vietnam, pero después de leer mejor dejarlo para otro viaje que nos permita tener mas tiempo.

Nos encaminamos hacia el aeropuerto, el vuelo lo hacemos de noche, con escala en Zurich. Salimos de Madrid con un retraso de 20 minutos, lo que provoca que tengan que esperarnos en la ciudad suiza para que pueda salir el avión con destino Bangkok. 12 horas después aterrizábamos en la capital de Tailandia, con el cambio de hora de la zona ya era el día siguiente.


12 Septiembre 2011

Ya son las 15:45, hora local, las cinco horas de diferencia y el retraso inevitable del control de pasaportes, hacen que casi perdamos un día, tras cambiar la moneda, coger un mapa de la ciudad y un taxi para el que nos habían escrito la dirección en tailandés, nos dejaron en la puerta del hotel. El hotel nos sorprendió gratamente, ya que habíamos cogido un 4 estrellas, pero una vez dentro descubrimos que tenia instalaciones de 5. Nos acompañaron a la habitación donde pudimos descubrir una suite de 50 metros cuadrados, con una pequeña cocina incluida.

Nos refresquemos un poco, ya que la humedad hacia que el calor fuera sofocante, y nos fuimos a dar una vuelta por Siam city, el distrito comercial y financiero. Según salimos por la puerta del hotel, descubrimos con sorpresa que la ciudad era un gran bazar nocturno, tenderetes con todo lo imaginable como articulo de venta se extendían a ambos lados de la calle, y el olor de comida y especias inundaba la ciudad. Gentes de todas las razas y religiones se mezclaban en un caos perfecto. En la primera noche no nos atrevimos a probar la comida tailandesa, y decidimos entrar a un mexicano, dejando la experiencia de probar sabores nuevos para otro día. Allí pudimos comprobar la realidad del turismo sexual de la zona, era típico ver en el restaurante occidentales de sobre 45, 50 años acompañados de jóvenes tailandesas de apenas 20 años. Una pena.



13 Septiembre 2011

Comienza el día, nos embadurnamos de relex fuerte, comprado y recomendado para la zona (por suerte no nos hizo falta tomar pastillas para la malaria, nos bastaba con la vacuna de la hepatitis a y b, la del tétanos y el repelente) salimos a recorrer la ciudad, no sin antes tomar el desayuno contratado en el hotel tipo buffet, tenia gran variedad de platos tanto asiáticos como occidentales, y los huevos o tortilla te los preparaban en el momento, casi fue una comida en vez de un desayuno. Cogimos el metro ya que la ciudad es tan grande que es imposible recorrerla andando, y nos dirigimos hacia el centro. Nos bajemos en la ultima parada, ya que en pleno centro no llega el metro, y atravesemos el barrio chino. Una vez mas nos quedemos sorprendidos por la cantidad de puestos y locales con lo mas objetos mas variados que mis ojos hayan visto nunca. Entre ellos me llama la atención los comercios que serian como nuestros herbolarios, en los que se pueden observar todo tipo de raíces, aletas de tiburón y otros remedios utilizados por la medicina tradicional china, mi mente aun no se cree que este aquí. Una vez mas a todo esto lo acompañaba el aire repleto de especias, jengibre, pimientas, aroma de pólvora, incienso, etc. y con una humedad que hacia difícil respirar. También te encontrabas artesanos trabajando en sus puestos de calle, zapateros, sastres con su maquina de coser....y montones de motocicletas, tuk-tuk, furgonetas, coches, una ciudad en pleno bullicio. Abandonamos el barrio chino y entramos en el distrito antiguo dejándonos ver detrás de un gran muro el Royal Palace, y tras sortear a unos cuantos conductores de tuk-tuk llegamos a el y descubrimos con sorpresa que no nos dejan entrar en el porque no vestimos decorosamente (llevábamos piratas por debajo de la rodilla pero solo puedes entrar con pantalones largos). Como el hotel esta lejos de la zona, y apenas hay transportes dejamos el plato principal de la ciudad para el día siguiente, eso si, la entrada esta llena de tenderetes en los que te venden pantalones, pero decidimos pasar). Planeando improvisadamente el itinerario del día, se nos vuelve a acercar otro conductor de tuk-tuk y como novatos terminamos picando. Te da un precio excesivamente barato y te dice de llevarte a tres destinos que tu eliges, y una vez dentro te convence para llevarte a tiendas sin sentido donde intentan venderte algo, primero nos convence para que le hagamos el favor de mostrarnos interesados en una agencia de viajes, y tras tenernos que inventar un viaje ficticio a zonas de Tailandia, y hacernos un montón de presupuestos, salimos de allí un poco enfadados. Se nos pasa un poco cuando nos lleva a visitar un conjunto de templos llamado Wat Waponat, con un buda gigante en el que nos impresiona de gran manera, es nuestro primer templo budista que visitamos, y aunque los hemos visto en televisión nunca es lo mismo. De aquí nos lleva al Golden Temple, uno de los mas afamados templos de Tailandia y de enorme belleza y de vuelta al tuk-tuk nos la vuelve a jugar llevándonos a una tienda de confección de trajes. Es el precio por novatos, a partir de hay aprendemos que al tuk-tuk hay que decirles no shoping, no stop, pagas mas precio pero no te hacen perder el tiempo.

Paseamos por la plaza de la democracia, y vemos el Loha Prasat, antiguo palacio real, el ayuntamiento con la foto enorme del monarca, tradición de los países asiáticos tener la foto de sus monarcas en todos lados, el famoso Giant Swing o columpio gigante, ya de noche visitamos el monumento a Rama VIII, en la plaza de su mismo nombre, y nos dirigimos a cenar al hotel, ya que los puesto callejeros de comida que es donde ellos comen no nos ofrecen ninguna garantía, además de que no conseguimos descifrar la mayoría de los alimentos, aunque algunos si los reconocemos como insectos....













14 Septiembre 2011


Tras nuestra rutina habitual al levantarnos nos volvemos a dirigir al Gran Palace, esta vez vamos por el Chao Phraya, su rio mas importante que atraviesa Bangkok con restos de manglares y el característico color de aguas marrones. En nuestro paseo en el river boat vemos el memorial bridge, y la silueta del Wat Arun o templo del amanecer.

Ya en la entrada donde los tejados de los templos asoman por encima del muro, y con nuestros pantalones largos, a pesar del calor pagamos los 400 bahts que nos piden por la entrada. En el interior todo el recinto era magnifico, grandes estatuas de guerreros con uniformes asiáticos te dan la bienvenida.

Los templos como  Phra Mondop con sus estilizadas columnas de oro, Phra Siratana Chedi, Hor Phra Monthian Pharma, The Royal Pantheon, y un largo etc., a cual mas impresionante, nos hablan de tiempos en el que los reyes se ocultaban del pueblo con evidente intención de divinizarse y provocar miedo y admiración al mismo tiempo. Seguimos la visita viendo el buda esmeralda, el mas venerado de Tailandia y una maqueta del famoso  Angkor Wat que visitaremos en Camboya. Con la ropo empapada en sudor, es inevitable ya que de repente el calor se hace mas sofocante y no puedes evitar que tu cuerpo parezca un grifo abierto, creo que es una experiencia que solo puedes comprender cuando lo as vivido, no es imaginable con ningún calor que conozcamos en occidente, la humedad es insoportable. Terminamos de ver el complejo después de unas cuantas horas y nos dirigimos al Wat Po, donde se encuentra el famoso buda tumbado. Impresionante figura de mas de 20 metros de largo, cubierto de pan de oro y piedras preciosas en la planta de los pies.

Ya fuera  entramos a otro de los templos, el del amanecer, al otro lado del Chao Phraya, en su ascenso por unas empinadas escaleras podemos observar de cerca su recubrimiento de azulejería, y una vez arriba nos sorprende con unas vistas de la ciudad antigua con el distrito financiero y sus rascacielos al fondo. Una vez abajo, que costo lo suyo bajar por esos escalones, nos dirigimos a cruzar el rio para admirar el atardecer sobre este maravilloso templo. Estamos tan cansados que decidimos comprar algún plato preparado tailandés y aprovechar la cocina de la habitación.





















15 Septiembre 2011


Hoy después de una noche en la que me picaba horrores el gemelo derecho, me he levantado con la pantorrilla inflamada y enrojecida, así que antes de empezar el itinerario de hoy pasamos por una farmacia para que me de una pomada que me alivie el picor, el farmacéutico, después de ver la picadura decide darme una pomada con corticoides ya que no le gusta demasiado el aspecto. Nos dirigimos a visitar el museo de las barcazas reales, no sin antes visitar el mercado flotante que todavía ponen en uno de los canales de esa zona. Un regalo para la vista que siempre recordare.

Dirigimos nuestros pasos a Vimanmek Mansión, un complejo enorme donde visitemos una gran mansión, residencia de verano de la familia real forrada de madera de teca roja por capricho de la reina, jardines reales, pagodas, canales, pabellón de caza también en madera y el impresionante Anantasamakhom Throne Hall, edificio donde estaba el trono real.

Ya fuera entremos en el templo de mármol, el Wat Benchamabophit, llamado así por ser entero de mármol, con unos jardines impresionantes jardines. Por una de sus ventanas pudimos observar como los monjes realizaban una ceremonia budista.

Ya anocheciendo nos acercamos a la zona de Siam, el distrito donde se encuentran los rascacielos y centro comerciales al estilo occidental y los jóvenes de la zona visten sus ropas de marca, y se divierten en los lujosos restaurantes como si de Manhattan se tratara. Aquí paseamos por la zona bajo sus luces de neón y sus gigantes pantallas con anuncios.

















16 Septiembre 2011


Ultimo día en Bangkok, la ciudad nos la hemos pateado entera, así que aprovechamos para pasar un día mas relajado. Visitamos algún templo que nos quedaba y realizamos alguna compra de objetos que nos llaman la atención. Volvemos a coger el barco que navega por el Chao Phraya y nos despedimos de la ciudad intentando guardar mentalmente todo lo visto y vivido en estos días, la marcha de los lugares siempre resultan un tanto agridulce. Para colofón nos vamos a cenar a un lujoso restaurante asiático, donde pedimos sus sopas de noodles, unos cuantos aperitivos y su famoso pato laqueado, que saboreamos con palillos, como debe ser en la región.






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